La discriminación de género es un fenómeno social, puesto que son
necesarias representaciones de ambos sexos para que pueda darse esta situación:
no existe una igualdad de género a partir de la cual denunciar la discriminación
o desigualdad. Al contrario: la base de este fenómeno es la supuesta supremacía
de uno de los géneros.
Al tratarse de una elaboración social, el género es un concepto muy
difuso. No sólo cambia con el tiempo, sino también de una cultura a otra y
entre los diversos grupos dentro de una misma cultura. En consecuencia, las
diferencias son una construcción social y no una característica esencial de
individuos o grupos y, por lo tanto, las desigualdades y los desequilibrios de
poder no son un resultado “natural” de las diferencias biológicas.
En términos estatales, el liberalismo ha apoyado la intervención del
Estado a favor de las mujeres como personas abstractas con derechos abstractos,
sin examinar estas nociones en términos de género, dando lugar al sexismo inverso.
Adicionalmente, como es el hombre hegemónico quien determina el derecho, esta
disciplina social ve y trata a las mujeres de la manera como los hombres las
ven y las tratan. Así pues, el estado liberal constituye, de manera coercitiva
y autoritaria, el orden social según los intereses de los hombres como género,
a través de la legitimación de sus normas, la relación con la sociedad y
políticas sustantivas. En consecuencia, el género se mantiene como una división
de poder.
La discriminación de género adopta diversas formas de división de poder,
algunos de cuyos aspectos incluyen:
Derechos humanos: Aunque las normas internacionales garantizan derechos
iguales a los hombres y a las mujeres, ésta no es la realidad porque, por
motivos de género, se les está negando el derecho a la tierra y a la propiedad,
a los recursos financieros, al empleo y a la educación, entre otros, a los
individuos.
Trabajo: En todo el mundo, tanto las mujeres como los hombres trabajan.
Sin embargo, las funciones que desempeñan las mujeres son socialmente
invisibles (se toman menos en cuenta, se habla mucho menos de ellas, se dan por
hecho), ya que tienden a ser de una naturaleza más informal. Adicionalmente,
los hombres ocupan la mayoría de las posiciones de poder y de toma de
decisiones en la esfera pública, dando lugar a que las decisiones y políticas
tiendan a reflejar las necesidades y preferencias de los hombres, no de las
mujeres.
Ventajas: Los recursos mundiales están distribuidos de forma muy
irregular, no sólo entre los distintos países, sino también entre los hombres y
las mujeres de un mismo país. Aunque se calcula que realizan dos terceras
partes del trabajo en el mundo, las mujeres sólo obtienen una tercera parte de
los ingresos, y poseen menos del 1 por ciento de la propiedad mundial.
En 1989, la socialista española Carmen Cerdeira presentó ante el Pleno
del Senado la proposición de ley para la reforma del Código Civil en aplicación
del principio de no discriminación por razón de sexo.
La discriminación por género se da cuando gente de cualquier género es
tratada injustamente dentro de una sociedad a causa de su género.
Ejemplos: • Falta de derechos humanos para mujeres en situación de
pobreza • Prejuicios respecto del rol masculino dentro de la casa y en el
cuidado de los niños • Estereotipos de hombres y mujeres dentro del lugar de
trabajo
¿Por qué sucede esto? A través del mundo la discriminación por género y
el estereotipo limitan el pleno desarrollo y participación de niñas y mujeres
jóvenes así como niños y hombres jóvenes. A menos que las niñas reciban las
mismas oportunidades que sus contrapartes masculinas, sus derechos humanos
fundamentales estarán negados y las condiciones para el desarrollo sostenible
estarán insatisfechas. Es vital para el futuro que las niñas y las mujeres
jóvenes crezcan para convertirse en líderes de sus familias y comunidades, y
cada vez más también en sus lugares de trabajo y en la sociedad.
Muy a menudo las mujeres son tratadas mal e injustamente por la sociedad
y tienen pocas oportunidades o falta de voz política para cambiar su situación.
De forma similar, a veces los hombres sienten la presión de la sociedad para
ser el sostén de la familia y a menudo no se les da la oportunidad de ayudar
con la crianza de los niños y pierden la auto-confianza y la autoestima si no
trabajan. Sin embargo, es reconocido que en la mayoría de las sociedades las
oportunidades para hombres y mujeres no son iguales. Aquí se presentan algunas
áreas que se necesitan fortalecer en mujeres y niñas para asegurarse que puedan
tomar todas las responsabilidades de los problemas que afectan sus vidas, y
puedan trabajar en igualdad de oportunidades con los hombres.
1) Fortalecimiento cultural – le permite a las niñas y mujeres jóvenes
hacer sus propias elecciones con respecto a creencias tradicionales y prácticas
culturales. 2) Fortalecimiento social – otorga a mujeres y niñas las
habilidades y oportunidades de organizar y usar su poder colectivo para pedir
justicia, trato imparcial y equidad en sus comportamientos y en el de otros. 3)
Fortalecimiento económico – les otorgará la habilidad de generar ingresos,
poseer y controlar activos, acceder y utilizar créditos. Podrán hacer mejores
elecciones en el trabajo y en ocupaciones y demandar acceso a los servicios
esenciales para ellas, sus familias y sus comunidades. 4) Fortalecimiento político
–le permitirá a las mujeres y niñas influenciar exitosamente a quienes toman
decisiones, incluyendo los hombres, a través de su justa defensa, y una
asignación de recursos apropiada. 5) Fortalecimiento educativo – brindará
numerosos beneficios tangibles para las propias niñas y mujeres, y sus
familias, los cuales serán pasados a las generaciones futuras.
La discriminación por género limita el potencial para el desarrollo. Las
economías que achican la brecha entre los géneros y mejoran la posición de la
mujer crecen más rápido, de acuerdo a un informe del Banco Mundial.
Como puedes hacer una diferencia: Afronta el tema – ayuda a los jóvenes
a aprender acerca de la discriminación por género y entérate acerca de la
situación en su propio país. Observa las leyes relacionadas con hombres y
mujeres, lee notas en los periódicos, conversa con personas de diferentes
edades. ¿La discriminación se encuentra en las leyes y costumbres del país o en
la cultura y las tradiciones? ¿Hay diferentes puntos de vista en diferentes
grupos culturales en el país? ¿Hay distintos puntos de vista de hombres y
mujeres? ¿Hay puntos de vista diferentes en las distintas generaciones?
Considera las prácticas y oportunidades en el Movimiento Scout. ¿Cómo pueden
los jóvenes y adultos asegurarse que no existe discriminación por género en el
Movimiento Scout?
Utiliza los materiales y herramientas proporcionadas para seguir los
procesos de: 1. Identificación del problema 2. Desarrollo de la toma de
conciencia y empatía 3. Toma de acción 4. Medición del cambio
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